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Me gusta mucho aplaudir, el olor a humedad, la lluvia y tambien el frio. Odio estornudar. No me gustan los fideos largos ni los fuegos artificiales. Odio las palomas. Hago muchos garabatos y aprieto mucho el lápiz cuando pinto. No sé andar en bicicleta pero estoy aprendiendo a silbar. Puedo sostener una cuchara con la nariz. Hago la N al revés. Me copan los paréntesis. Me gustan los buttertofies. No me gustan las rosas; sí los lirios. Tengo un gato imaginario: Ambrosio. Nací el dia del animal.

3.1.12

Estoy incómoda. (En todos los sentidos que existen)
En cualquier momento el abrojo del almohadón de la silla se va a soltar y yo voy a quedar suspendida en el espacio que hay entre la mesa y la silla en la que anteriormente estaba, para luego caer al suelo.
Pero mientras tanto esto no pase, puedo escribir un poco.
Una vez -si mal no recuerdo fue en Julio de el 2011- escribí una entrada sobre lo aburrida que estaba. Ahora no sé si me pasa parecido o no, pero me acuerdo que había escrito un ejemplo que decía  "ayer me pinté las uñas de ameixa (marrón) y hoy ya me aburrí" y bueno eso me pasa ahora.
Acaba de empezar el año y no tengo ganas de activar nada, es verdad que enero siempre es pura pereza (paja) pero no sé, quiero hacer cosas y me propongo hacerlas pero ni siquiera llego a empezarlas porque ya no me entretengo. Esta entrada, no la quería empezar porque sabía que iba a coparme y la iba a terminar. Pero hace 2 mins. no tenía tantas ganas de escribir; sí, pero no.
Me quiero cambiar el color de las uñas pero ya no tengo ganas.
Quiero irme a dormir, pero en realidad no estoy tan segura de tener sueño.
¿Quiero fumarme un cigarrillo o quiero dejar de fumar?
Tengo que mandar un mail a Admisión, en San Andrés y cada vez que me acuerdo digo "¿realmente quiero entrar?, ¿Quiero estudiar economía?"
Ayer empecé Ana Karenina de Tolstoi, leí tres hojas, y no sé si lo quiero seguir, no por el hecho de que me guste o no, si no porque no sé si tengo ganas de leer un libro.
Lo que más me gusta de los primeros días de Enero es hacer mi lista de proyectos. Este año no la hice, no tengo ganas de pensar en lo que quiero. 
Tengo que ir al oculista, a la ginecóloga, al dermatólogo. No tengo ganas de llamar para sacar turno y que todos los secretarios/as me digan "el doctor/a está de vacaciones".


(Una vez encontrada la posición la computadora me quema -mucho- el muslo izquierdo, y no tengo ganas de cambiarla de lugar.)


Creo que lo único que me entusiasma es mudarnos, mañana (si el cosmos quiere) mis papás arreglan, señan, cierran el trato con el departamento que vimos en Ciudad de la Paz; en el cual me imagino desayunando en el balcón-terraza, con cara de dormida, en mi taza de Marie de los Aristogatos, un té de Manzana Canela y Miel de Taraguí.
No lo sé, capaz cuando hable con Lukas y solucione el nudo que tengo en la cabeza que no me deja prácticamente dormir, pueda empezar el año bien. Aunque ahora que pienso e intento recordar, el año pasado la lista la hice un poco tarde también. Es como que el año empieza cuando empieza el colegio, la facultad, el trabajo o lo que fuere... La actividad curricular, digamos.
Llegué a la conclusión de que necesito sentirme bien con él de nuevo, sentir que me ama con locura, como siempre. No sé si será un problema mio, de él o de los dos. O quizás no sea un problema. Pero bueno, quiero decírselo. "Amame más". "Demostrámelo". Qué feo que suena, ¿no?
Qué se yo, mujer, qué se yo.


...El almohadón al final no se desprendió. Voy a fumarme un cigarrillo y después hacer una entrada rara y corta de la palabra quizás. O primero lo segundo y seguido lo primero. El orden de los factores no altera el producto.