Hace tanto que no escribo sobre un papel, (ahora que son tiempos de teclados y computadoras) que cuando agarro una 'pluma' o una birome con tinta ligera y liquida me entusiasmo y garabateo cualquier cosa. Desahogarme ahora que ando con tan pocas de escribir cada vez me es más difícil.
Hoy mis papás se fueron a Uruguay. Yo me tomo un café con leche lento, se enfría mientras trato de tragarme el nudo en la garganta (atravesado como esas pastillas que hay que partir para tomar) y miro el sillón y pienso cada vez más. Y lo espero. Miro el sillón en donde dentro de un tiempo, cuando llegue, vamos a estar sentados. Hablando. Acariciándonos, o tal vez no. Dándonos besos por todo el cuerpo. Y hablando. Y yo llorando tratando de hacerle entender por qué lo que siento se siente tan feo. Y no creo que logre ponerse en mis zapatos, es lo más difícil que requiere una relación. Y lo requiere mucho.
Creo que vamos a comer milanesas.
¿Estaré exagerando las cosas como siempre esta vez? ¿O esta vez voy a poder mantener mi posición y hacerle entender y hacerme entender que tengo razón? Antes era más fuerte. Mis palabras tenían más consistencia. Decía las cosas con convicción, no daba alternativas a nada ni nadie para cambiar lo que de mi boca salía. Mi posición era más firme. Cómo te ablanda el amor... ¿El amor o el miedo de parpadear y que todo se pierda, se esfume?
En estos tiempos las cosas son tan débiles, yo soy tan frágil (me gustaría agregar un 'a veces', pero sería una hipocresía)... ¿Dónde guarde esa postura frente a todo? ¿Cuándo fue que mi traje de fuerza se fue ablandando?... Me volví tan sumisa.
Pero cómo me la banqué esta.
Qué poco que llore. ¡Y cuánto que me costo llorar! Toide me conoce mucho, no por nada es mi mejor amigo. Sí. es mi mejor amigo. No me extraña que haya tenido razón en un 99% de todo.