Cada tanto -muy seguido últimamente- me cruza la cabeza un pensamiento 'pasajero'. Tengo cada vez más ganas de llamar a viejos amigos, amigos que por H o por B tomaron rutas diferentes que, 'aparentemente' no podían cruzarse con las mías. Últimamente, reitero, me pasa muy seguido. No sé si es porque estamos en la época del balance del año y de los planteos de metas próximas. Tal vez sea porque en el 'balance' de este año, esos nombres que años anteriores encabezaban las listas positivas, directamente no aparecen.
Antes de marcar esos teléfonos que nunca se borraron de mi memoria, cruza el cerebro otro pensamiento, el recuerdo de las actitudes que me molestaron, o que no pude comprender o compartir, ni olvidar o perdonar.
Entonces así está mi cabeza en este fin de año, en un tira y afloje entre 'armar de nuevo' y 'dejar ser'.
Tampoco se bien qué quiero (este año estas palabras formaron mi frase de cabecera).
Todavía me acuerdo el relax que tenía en Febrero, esperando con ansías todo lo que tría el 2012, sin forzar ni aceptar presiones propias ni ajenas.
¿En qué quedó ese relax total? Como dice Taio Cruz en la nueva canción que rankea entre los 5 mejores de mi playlist actual: 'I'm in a battle with my heartbeat, the more I struggle, the more I get deep...'
Y bueno, mi 2013 será bienvenido si es que los mayas no la pegan y seguimos vivos (sic Seba Wainraich) con nuevas ganas de lo que sea. Con propuestas mías hacia mí misma para aceptar retos y enorgullecerme de triunfos. Que las dudas y preguntas traicioneras van a seguir picándome la cabeza no tengo dudas (valga la redundancia), pero queda en mi hacerlas a un lado y seguir sonriendo.
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