Me preguntó qué hacía ahí y le dije que justo a él no le importaba.
Se rió asintiendo; le pegue un cachetazo, me clavó esa mirada tan suya y nos perdimos en un beso increíble (el cual no logré entender).
Se rió asintiendo; le pegue un cachetazo, me clavó esa mirada tan suya y nos perdimos en un beso increíble (el cual no logré entender).
Le pedí: "porfavor, no jugués conmigo".
Tenía frío.
Me desperté y volví a taparme con la frazada naranja, que estaba caída.
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